Articulo del Director General Ignacio Tremiño después de estar en Cádiz:
Esta semana pasada he podido compartir durante unas horas las vivencias y realidades de las personas con discapacidad intelectual. Bajo un marco incomparable, en la ciudad de Cádiz, y presidiendo nuestras pecadoras vidas una magnifica Virgen de Murillo, allí donde se firmó la constitución de 1812, “La Pepa”. Allí donde los españoles dejamos claro que queríamos tomar nuestras propias decisiones. Allí donde se forjo la identidad de un pueblo que, aunque caminó con firmeza tiempo atrás, no supo encontrar su destino hasta tan celebre natalicio. Allí es donde un grupo muy numeroso de personas con discapacidad intelectual decidieron tomar el timón de sus propias vidas, sin apoyos, sin ataduras, sin voluntad compasiva de sus progenitores. Sin beata misericordia por el mal entendido “castigo divino” desde los tiempos.
Efectivamente, nos encontrábamos en el Oratorio de San Felipe Neri, entre paredes “preñadas” de historia, y de historias de personas, con cuerpo y con alma. Los testigos de excepción, no estábamos siendo conscientes del hecho histórico que se estaba produciendo. Las personas con discapacidad que dieron lectura al “manifiesto” de los ciudadanos con los mismos derechos y obligaciones que el resto de los mortales, nos enseñaron con meridiana claridad, que habían dejado de ser “los chavales, nuestros chavales que se merecen todo”, y que reivindicaban ser “las personas, los ciudadanos que lucharan por conseguirlo todo”.
No pudimos evitar, en un ambiente ciertamente intenso, que nos emocionáramos ante tan magno acontecimiento. Puedo asegurar a mayor derecho, que desde ese momento veo a las personas con discapacidad intelectual de otra manera. Confesé mi pecado ante la virgen, pues he sido de los incontables ignorantes que siempre han mirado a los “chavales” con caridad cristiana y un desmesurado afán de auxilio maternal. Nada más desafortunado y alejado de la realidad. Nuevamente , y gracias a FEAPS, pero también a mí Dios, hoy veo COMPAÑEROS de la discapacidad, que luchan como yo por ser unos ciudadanos más. Eso si, para mi son motor de la esperanza en llegar a nuestra meta.
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